miércoles, 15 de octubre de 2008

PROMOCION AUTOMATICA DE ESTUDIANTES

LA PROMOCION AUTOMATICA ESTA LIQUIDANDO LA CALIDAD DE LA EDUCACION COLOMBIANA
Escrito por José Fernando Ocampo. Secretario Pedagógico del CEID-FECODE

La promoción automática con todos sus valores esta cumpliendo en la educación colombiana un cuarto de siglo. Fue establecida por primera vez, solo para el nivel de básica primaria por el Ministro Antonio Yépez en el gobierno de Belisario Betancur. Y ha sufrido toda clase de aventuras y transformaciones, hasta generalizarse a todos los grados. El decreto 0230 de 2002 expedido por el ministro Francisco José Lloreda en el marco de la contrarreforma educativa impuesta a través del acto legislativo 01 y la ley 715 de 2001, modifico el decreto 1860 de 1994 que reglamento la Ley General de Educación en materia de evaluación y promoción de los estudiantes. De acuerdo con el decreto es obligatorio promover el 95% de los estudiantes. En un curso de 50 estudiantes, por tanto, es forzoso promover 48 para que asciendan al grado superior. Punto. Esta es una concepción educativa mecanicista y retrograda. No solo resolvió los problemas del decreto 1860 que violaba la Ley General de Educación, sino que lo empeoro, con las consecuencias que toda la educación del país afronta.

El Banco Mundial ha presionado durante veinte años para que se establezca y mantenga la promoción automática por el costo que significa la repetición de los estudiantes. Por iguales razones fue establecida en otros países, con un fracaso total, del que ya regresaron casi todos. Es un problema financiero, no pedagógico. Pero, además, si la institución educativa se rige por los estudiantes de menor rendimiento porque tienen que aprobar todos obligatoriamente el curso, el aprovechamiento académico se degenera, se pierde el esfuerzo, se descompone la conducta democrática, el nivel de conocimiento se va al suelo y, en lo fundamental, se pierde el objetivo estratégico de la institución educativa.

La promoción automática obligatoria ha desquiciado el sistema educativo y la mediocridad se ha enseñoreado de el. El estimulo y la emulación ha desaparecido. No es sino el triunfo de los estudiantes que no se esfuerzan, que se contentan con la presencia pasiva en las instituciones, que en general producen problemas disciplinarios difíciles de encauzar, que están seguros de la promoción a pesar de su rendimiento cero, que perjudican la posibilidad de los demás estudiantes deseosos de aprovechar el tiempo de aprendizaje. En consecuencia, ni rendimiento, ni esfuerzo, ni aprendizaje, ni calidad.

Para los estudiantes que no obtienen los resultados mínimos en el proceso de enseñanza aprendizaje de cada grado es indispensable retomar la repetición de grado. Para que avancen en el aprendizaje. Para que avancen en el aprendizaje, para que no se perjudiquen en los cursos superiores, para que adquieran los conocimientos indispensables que les ofrece el grado respectivo, para que no perjudiquen a los demás compañeros, para que no desestimulen el proceso general de enseñanza aprendizaje, para que no produzcan el estancamiento de la enseñanza, para que contribuyan a la calidad del aprendizaje. En este sentido la repetición de grado es reparación, revisión, perfeccionamiento, corrección, compensación, enmienda. Nada negativo. Todo positivo. Lo que hace es una contribución a los estudiantes en crisis, a los estudiantes con algún problema, a los estudiantes de desarrollo mas lento, a los estudiantes con diversas dificultades para el rendimiento académico y el aprendizaje. La repetición de grado no es represión ni castigo, sino rehabilitación y perfeccionamiento. No es una medida negativa sino positiva.

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