Resulta absolutamente absurdo y ridículo que el Gobierno Nacional luego de evadir el mantenimiento de las vías internacionales que lo comunican con San Antonio y Ureña, hecho que resolvió con la imposición de dos peajes nefastos para la ciudad y que de manera oscura fue entregado a una empresa que por estas tierras nadie conocía; ahora utilice la plata que debió invertir en su mantenimiento, para oxigenar una empresa privada que en mas de un año lo único que ha ejecutado es cobrar y construir unas horribles casetas.
Más lamentable resulta para los norte santandereanos, que el senador ocañero Carlos Emiro Barriga aparezca en la prensa local como el gran gestor de esta grosería gubernamental de darle plata a las empresas privadas, al parecer nuestro ilustre congresista esta pensando solo con su apellido.
La concesionaria San Simón es una empresa cuyos dueños nacieron parados, por un lado le dan el negocio de instalar dos casetas de cobro de peaje en las salidas internacionales a nivel terrestre mas importante del país, y como si fuera poco el gobierno Uribe se compadece de sus amigos y del presupuesto nacional les inyecta $ 150.000 millones. Mientras esto sucede, cientos de miles de niños colombianos mueren de física hambre, claro que muchos de los que lean este escrito la emprenderán contra el periodista y no contra las injusticias de la realidad de Locombia.
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