Mientras la zona rural de Cúcuta se debate en la miseria, falta de oportunidades y cero futuro para la juventud y la niñez, la alcaldesa María Eugenia Riascos apareció como Gaspar entregando regalos y no obras. Lo triste de esta historia es que las comunidades se conforman con este tipo de cosas y siguen eligiendo estos personajes que hábilmente saben engatusar comunidades
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