sábado, 8 de enero de 2011

LOS ESCRITOS DE VELAIDES


DERECHOS HUMANOS- EDUCACION Y DISCRIMINACION
Un nuevo año se inicia, los dirigentes sindicales de las centrales obreras critican la posición de los empresarios que no les interesa si el nuevo salario es justo o no, si alcanza para satisfacer las necesidades primarias o no, en fin lo poco o mucho que estos aprueben no interesa pues siempre se impondrá la plusvalía y el paupérrimo salario mínimo que con su miserable incremento a gran velocidad regresará a los empresarios en el ciclo económico, en fin como dicen los más desprevenidos todo sigue igual pero no sé por qué cada vez alcanza para menos y los más religiosos no se preocupan porque aplican principios de sobrevivencia como: donde come uno, comen dos y así sucesivamente o el que dice que cada quien viene con el pan debajo del brazo aunque la desnutrición los tenga cerca a la tumba; con razón el crecimiento tan acelerado de la indigencia en nuestras ciudades. Los menos pobres subvencionando a los más menesterosos y también a los vivarachos que tienen la mendicidad por negocio.
Como si fuera poco, la paupérrima situación de los más vulnerables azotados por las lluvias, por el alza de los precios de la canasta familiar, por el incremento salarial, ahora se suman los costos de la educación. Costos que disfrazan de contribución, de colaboración y otro apelativo que se puedan imaginar para meter la mano al bolsillo a los padres de familia de los estratos subsidiados. Todo esto sucede mientras la administración promulga decretos para que no se cobre un peso, aunque en la práctica se haga lo contrario; claro está, que nadie denuncia, pero cómo denunciar, si de por medio está el cupo, es decir, la admisión al derecho a la educación o mejor la vulneración del derecho fundamental a la educación. Esto es por supuesto admisible en una sociedad postrada al silencio, al miedo reverencial, a ser cómplice de los abusos de los más fuertes. Bastaría a la administración ordenar una verdadera investigación y entonces posiblemente encontraría culpables, ya que es lema del gobierno nacional la transparencia.
Esperemos que el carro de la educación inicie su marcha, para que en su recorrido las bien llamadas asociaciones de padres de familia programen actividades económicas voluntarias, pero, en el fondo obligatorias; por supuesto olvidándose que en muchos colegios oficiales los aportes para la asociación son altos y se hicieron efectivos en los días de matricula; contribuyendo así no solo a vulnerar el derecho fundamental a la educación sino a menoscabar los derechos a la igualdad y a discriminar a quienes no cuentan con esos recursos porque tienen que buscar otro colegio para más pobres, es decir discriminación por condiciones económicas. Pero, qué pasa con los afectados.
No hay que olvidar que los padres de familia de una institución educativa cualquiera solo son socios de la asociación de padres de familia en el supuesto que se afilien a ella con el lleno de los requisitos y esta afiliación es voluntaria, por ende las cuotas para las asociaciones de padres solo son exigibles a los socios y no a todos los padres.
Y para terminar por ahora, analicemos cómo se vulnera el derecho fundamental a la educación con la exigencia de costosos uniformes y en algunos casos deben ser comprados en lugares determinados, ya, ni para ser un consumidor se tiene el derecho a la libertad de escoger negocio, ¿cómo le parece?; Hay colegios oficiales, de por si muchos, que exigen uniformes distintos al establecido por la ya archivada ordenanza y como si fuera poco pasan inadvertida la directiva ministerial No 07 de 2010 que reza “si un estudiante no tiene las condiciones económicas para el uso del uniforme no se le debe negar su cupo ni su asistencia a clases”. Queda al criterio de cada quien si existen estudiantes por razón del uniforme o no, donde fácilmente se pueden identificar a qué colegio pertenece y los que deben usar el uniforme unificado que en muchas ocasiones por motivos personales no les gusta usarlos porque de una vez los estigmatizan, eso hablando de instituciones educativas oficiales. Esperemos el inicio de clases y veremos el carnaval de uniformes de las muchas instituciones que con argumentos válidos para ellas, les importa un bledo las disposiciones de las autoridades legítimamente constituidas. ¿Cómo le parece?
Ramón Velaides Jaimes

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