sábado, 18 de junio de 2011

Los escritos de Velaides

CULTURA DE LA LEGALIDAD SOCIEDAD Y NORMAS
“Mis derechos terminan, donde empiezan los de los demás”
No existen sociedades sin normas y cuando estas son impuestas por una élite, en nombre de la democracia, atentan contra la DIGNIDAD HUMANA.
Cuando se legisla para someter al ser humano en todas sus dimensiones; en una sociedad las normas no se practican por la generalidad; la convivencia pacífica es imposible y entonces impera la arbitrariedad, el abuso de poder, la corrupción, el crimen organizado y la delincuencia común, desaparecen la legitimidad y por ende la gobernabilidad.
Nuestros hijos e hijas son devorados inmisericordemente por tales conductas, víctimas del tráfico, de los proxenetas, de las organizaciones de la muerte, de los grupos guerrilleros y de las bandas criminales entre otras; convirtiéndose en seres despreciables y miserables a los ojos de quienes crean las normas y los utilizan y sin querer nos convertimos en cómplices inocentes, porque también los condenamos, haciendo nuestra su condición humana.
Art. 1 Constitución Nacional: Colombia es un estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.
En un estado social de derecho como el nuestro, los colombianos debemos propender por la búsqueda de un sociedad más justa y equilibrada participando activamente en la construcción de normas justas para la generalidad que impulsen el desarrollo sostenible social e individual; a través de los mecanismos de participación y asumiendo actitudes firmes como: tener la capacidad de tomar nuestras propias decisiones particularmente en el ejercicio democrático de elegir y ser elegido como lo consagra el numeral 1 del artículo 40 de la carta magna, es decir con DIGNIDAD HUMANA, no cambiando esta por un precio a la persona ni legitimando a la misma élite desde la supuesta independencia (cáncer de todos) que vienen cercenando muchos de nuestros derechos fundamentales; y formar barreras infranqueables por la defensa de nuestros derechos humanos cada vez más vulnerados por los diferentes actores armados en conflicto y la impotencia y desaparición de quienes se legitiman en nombre de la democracia para gobernar.
Es tarea inaplazable de las instituciones educativas propiciar espacios para la práctica democrática, la convivencia social, la cultura ciudadana y el ejercicio por construir una sociedad más justa y equilibrada a través de las diversas formas metodológicas y lúdicas, permitiendo el desarrollo autónomo y responsable de los estudiantes.
Donde la construcción de una nueva sociedad se funde en principios como el derecho a la vida, la libertad del ser humano con las limitaciones que solo exige el reconocimiento de la libertad y las diferencias del otro, en fin donde el ejercicio de los derechos humanos y las garantías constitucionales, sean producto de la conciencia colectiva y sin dogmas que lo condición a denigrar su dignidad.
No debemos esperar que el otro cambie, el cambio empieza por mí.
Ramón Velaides Jaimes

No hay comentarios: