De asombro y desconcierto fue la reacción de los habitantes de frontera por el giro que dieron las relaciones con la vecina Venezuela. Pero el asombro no fue por un acontecimiento ocurrido entre los dos gobiernos, sino por considerar que es un hecho totalmente previsible para nuestro gobierno ya que fácilmente entendemos que es resultado de unas investigaciones hechas a través meses o años tal vez; el asombro es porque a pesar de ser un acontecimiento no solamente previsible sino calculado, no se hubiera tomado medida alguna para contrarrestar sus efectos en las zonas de frontera. Habiendo vivido estos años anteriores con base en las promesas de inversión, de infraestructura, alivios tributarios y tantas otras incumplidas, llegamos a la conclusión de que no ha existido ni existe voluntad alguna de proteger a los habitantes de esta zona a pesar de ser los más directamente afectados especialmente por el gran número de personas que dejan de devengar su sustento diario.
En ningún momento queremos juzgar el manejo de las relaciones internacionales ya que somos respetuosos y conscientes que son asuntos que requieren de mucho tacto y estudio para no equivocarse en las decisiones. Son asuntos reservados a las más altas esferas gubernamentales.
Creemos estar ante el hecho evidente de que los habitantes de frontera somos ignorados en el momento de tomar decisiones y queremos hacer un llamado a quienes aquí vivimos a que nos mantengamos firmes. Recuperar unos mercados con exportaciones a otros países dejando en el olvido a, más o menos un millón de habitantes no puede ser motivo de una satisfacción completa. El Norte de Santander y Arauca contribuyen a la prosperidad de Colombia pero no nos iremos a buscar la Colombia próspera a otras ciudades; a nuestro suelo debe llegar parte de esa prosperidad.
Está cerca el cambio de gobierno y según palabras del señor Ministro de Hacienda entrante y según lo expresado por el señor Presidente electo debe haber prioridad en los recursos para la zona de frontera para aliviar los efectos desastrosos en su economía por razones ya conocidas. Pero no queremos que el gobierno del Presidente Uribe a quien tanto admira y aprecia esta comunidad, se termine sin haber tomado las medidas más urgentes para remediar los efectos más notorios causados por la crisis diplomática entre su gobierno y nuestro vecino.
Así mismo hacemos un llamado a nuestros Senadores y Representantes para que nos lideren y orienten en la consecución de recursos que mitiguen la situación con medidas inmediatas, a mediano y a largo plazo. Ya hemos hecho contacto con algunos de ellos y confiamos en que todos estarán al frente de toda su gente.
FENALCO-RODOLFO MORA MORA, Presidente Junta Directiva
San José de Cúcuta, 22 de julio de 2010
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