Tomado Periódico La Opinión
En las arenas movedizas se hunde la Alcaldesa de Cúcuta, María Eugenia Riascos  Rodríguez, por el mal manejo de los recursos que van estrictamente dirigidos  para inversión social.
El año pasado utilizó inadecuadamente gran parte  de la plata que el Gobierno giró del Sistema General de Participaciones (SGP).  El Ministerio de Hacienda lo comprobó y ella lo admitió públicamente.
A  comienzos del 2010 prometió no volver a pecar. El acto de contrición lo estampó  en un decreto. Sin embargo, el arrepentimiento no fue real, porque desde tiempo  atrás había dejado todo listo  para la repartición de contratos a manos llenas,  muchos para burocracia. 
Hay que remontarnos al 22 diciembre del 2009  para descubrir el trasfondo de la operación. En aquél tiempo, la Dirección de  Apoyo Fiscal expidió la Resolución 3656 que desenmascaró el cambio en la  destinación de los recursos del Sistema General de Participaciones.
Las  leyes 617 del 2000,  715 del 2001  y 1176 del 2007 quedaron violentadas, al  pagar personal para asesorías con dineros del SGP, que está prohibido. 
Catorce evidencias, que sumaron $277’917.700,  sacó a relucir el  organismo nacional para demostrarles a la gobernante municipal  y a la ciudad,  las equivocaciones cometidas. (Ver facsímiles 1 y 3).
Al meter la sonda,  la comisión investigadora percibió un mal olor al pescar órdenes de prestación  de servicios en la Secretaría de Hacienda, que fue la campeona en esta  contratitis. Atrapó otros del despacho de Desarrollo, del Sisben y para el  fortalecimiento del programa presidencial Familias en Acción. 
En la  vitrina, a la vista de todos, quedaron expuestas las ‘perlas negras’ del error,  entre las que resplandecen:
-Prestación de servicios de fortalecimiento  del Área Dirección de Hacienda con el soporte mensual y mantenimiento del  software de gestión y facturación de impuestos. Valor: $104  millones.
-Prestación de servicios para recepcionar y digitar las  novedades, quejas y reclamos que presenten las madres cabezas de familia de las  asociaciones. Valor: $8’100.000.
-Prestación de servicios profesionales  en la formulación, seguimiento de proyectos de la Secretaría que beneficien a  madres cabeza de familia, pertenecientes a las asociaciones del área rural y  urbana. Valor $13’500.000.
-Aplicación y tabulación de la encuesta  diagnóstico socioeconómico de los dignatarios de juntas comunales de la Comuna  10. Apoyar a la Secretaría de Desarrollo. Valor: $4’000.000.
-Contrato de  prestación de servicios en el proceso de revisión, clasificación y digitación de  los pagos a la población en el nivel uno del Sisben. Valor:  $6’000.000.
Los comisionados detectaron incumplimientos garrafales de las  normas. Por esa razón, dejaron en claro que el artículo 21 de la Ley 1176 del  2007 establece que para municipios de categoría especial, primera, segunda y  tercera, el ciento por ciento de los recursos de propósito general debe ser  destinado a inversión.
La fórmula consiste en calcular el 4% sobre el  total de los recursos para deporte y recreación, el 3% para cultura y el 10%  para el Fondo Territorial de Pensiones (Fonpet).
Los dineros restantes  deben ser destinados a inversión, en desarrollo de las competencias asignadas  por la ley.
A los alcaldes les resulta imperativo saber que ni un centavo  de la plata proveniente de la Participación de Propósito General de forzosa  inversión se puede emplear para  financiar personal administrativo. Ese tipo de  gastos están caracterizados como de funcionamiento, de acuerdo con el parágrafo  cuarto del artículo tercero de la Ley 617 de 2000.
Ahí se lee claramente  que los contratos de prestación de servicios para el desarrollo de actividades  administrativas se clasificarán para los efectos de la Ley 617, como gastos de  funcionamiento.
Volvió a caer
La duda sobre la forma de actuar de la Alcaldesa de  Cúcuta continúa rondando. Ella conduce un municipio de categoría primera con una  serie de condiciones especiales. Al violarlas se invaden los terrenos de los  Códigos Penal y Disciplinario que definieron severos castigos de prisión,  destitución,  inhabilidad política y millonarias multas. 
El 26 de enero  de este año, Riascos Rodríguez adoptó el programa de saneamiento fiscal y  financiero con la obligación de no contratar, ni gastar un solo centavo de los  recursos propios, del sistema general de participaciones y de cualquier otra  renta de destinación específica.
El tiempo de vigencia de la  ‘congelación’ aplicada en el Decreto 0050 quedó dependiente de la planeación,  implementación del banco de proyectos y de que las iniciativas de inversión  tuvieran los indicadores y metas para la evaluación y seguimiento. 
Pudiera resultar sorpresivo que el bloque de rígidas exigencias  establecido se cumpliera en menos de 48 horas, por la oleada de contratación que  sacudió al Palacio Municipal en los últimos días del primer mes del  año.
Entre cielo y tierra no hay nada oculto. La gran jugada que permitió  consumar el pecado la armó la alcaldesa Riascos Rodríguez entre el 22 y el 26 de  enero. Sacó la carta marcada que tenía escondida en la manga. Se trata de las  disponibilidades y registros presupuestales para garantizar los pagos a los  contratistas favorecidos por la Alcaldía humana, solidaria y  competitiva.
Como instrumento adicional,  y debido al acoso de la Ley de  Garantías que entró a regir el sábado 30 de enero, la alcaldesa le agregó más  horas al viernes 29 de enero para poder seguir contratando.
El alargue lo  hizo mediante el Decreto 0061 del 27 de enero (ver facsímil 2). Sobre esto hay  pedidos de investigación a las autoridades competentes. La ampliación de la  jornada de labores administrativas sin atención al público se extendió de las  6:01 de la tarde a las 11:50 de la noche.
La Contraloría  Municipal detectó que hasta el día 29 del primer mes de este año, la Alcaldía  firmó 798 contratos directos por valor de $21.860 millones.
Ahí figuran  42 de educación por $14.306 millones, considerados necesarios para garantizar la  cobertura del servicio. Aparecieron otros  586 que valieron $5.683 millones  entregados con cargo a la Secretaría General. El organismo de control los puso  en la mira por la violación de las severas restricciones  impuestas.
Ninguno tuvo como propósito la pavimentación de calles o la  construcción de casas para las familias pobres y destechadas.
Del  registro de presupuesto de gastos de la Alcaldía entre enero y febrero del 2010  afloraron más evidencias. Se trata del listado de contratos para pagarlos con  cargo al rubro 132301,  que por ley no debe usarse para funcionamiento, como se  hizo.
El cumpleaños de Cúcuta, el Centenario de Norte de Santander y el  Bicentenario del Grito de Independencia sirvieron de caballito de batalla en  esta cuestionada maniobra.
-Por $10 millones, fue llamado Carlos Arturo  Peña Ardila para que mediante prestación de servicios apoyara y fortaleciera las  expresiones multiculturales que se desarrollen en la conmemoración del  cumpleaños del municipio, en el marco de las celebraciones del Bicentenario de  la Independencia y el Centenario de la creación del departamento.
-A  Claudia Liliana Rojas Pinto, también por prestación de servicios, le dieron $32  millones para fortalecer las expresiones multiculturales que se hagan en el  marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario  de la creación de Norte de Santander, en la conmemoración de la Batalla de  Cúcuta. 
Dentro de las curiosidades brilló el caso de Ángel Ureña Vergel.  Su contrato de prestación de servicios No. 0199 del 2009 apareció en la lista  negra de la Dirección General de Apoyo Fiscal, por cambio de destinación de  recursos.
En esa oportunidad tuvo a cargo el mantenimiento del hardware y  software que maneja la Secretaría, dentro del proyecto de fortalecimiento del  programa presidencial.
Y quién lo creyera, Ureña Vergel reapareció en el  grupo de beneficiados con la oleada contractual de comienzos del 2010. 
-Dar seguimiento, control y evaluación a los programas contenidos en el  software y hardware relacionado con la base de datos del observatorio de asuntos  de género del municipio, fortaleciendo la capacitación de gestión de la  Secretaría de Equidad y Género, le encomendaron de tarea para pagársela con  plata del Sistema General de Participaciones.
Al profundizar en el  análisis, llamaron la atención los $50 millones distribuidos entre Diana  Carolina Triana Vergel, Luz Carolina Riveros Monroy y Jennifer Zulia Dávila  Urbina, para “prestar asistencia técnica y profesional en el impulso de misiones  y ferias empresariales de Cúcuta”.
Una cantidad igual les fue distribuida  a Edison Contreras Rodríguez, Leonardo Díaz Guecha, Francisco Joves Quintero,  Edwin Vargas Castro, Henry Rojas Llanes, Walter Santander Caballero y Néstor  Martínez Soto para la “prestación de servicios profesionales para la realización  de un diseño de plan de mercado” de la capital de Norte de Santander.
Por  los primeros lugares dentro de la lista de contratos con objetivos tan  singulares y llamativos entraron en la puja tres que sumaron $48  millones.
-Prestar asistencia técnica en los corregimientos para  reactivarlos con estrategias de identidad en busca de una activación económica,  es el propósito común de los mismos, a cargo de William Correa Monroy, Rodrigo  Vergara Cardona y Lola Duarte Camero.
En el registro presupuestal de  enero, la Alcaldía de Cúcuta los ubicó bajo el título: “promoción de otras  actividades en los corregimientos como turismo ecológico, agrario y de aventura  y actividades artesanales”. 
Frente a hechos similares detectados en el  monitoreo que cubrió el periodo  enero del 2008 -septiembre del 2009, el  Ministerio de Hacienda alertó sobre la existencia de “contratos con el mismo  objeto o con una similitud tal, que parece configurarse el fraccionamiento de  contratos”.
Por lo ocurrido, a la alcaldesa se le olvidó o nunca leyó las  “Orientaciones para la programación y ejecución de los recursos del sistema  General de Participaciones –SGP-2009”.
Se trata de un documento del  Departamento Nacional de Planeación para los alcaldes y autoridades  territoriales. La ex directora del organismo, Carolina Rentería escribió en la  introducción una sentencia que aquí fue desatendida o  malinterpretada:
-Invitamos a las autoridades territoriales a utilizar  los contenidos del presente libro como guía de consulta de carácter indicativo,  que pretende promover el uso transparente, eficaz y eficiente de los recursos  del Sistema General de Participaciones.
Es tan preciso en los detalles,  que parece un manual de vuelo, para evitar estrellarse. En la página 278  consignó: “en cuanto a la asistencia técnica, en este punto cabe precisar que no  es posible financiar asesorías con el propósito de atender el cumplimiento de  las labores recurrentes de la administración, como por ejemplo, asesorías  jurídicas, asesorías contables u otra de similar  naturaleza”.
Simultáneamente, otro gran botón de prueba salió volando de  la ejecución presupuestal a marzo de este año.  Allí aparece que del Sistema  General de Participaciones fueron comprometidas inversiones equivalentes al  41,86% de los $169.180 millones previstos.
Es decir, la alcaldesa María  Eugenia Riascos Rodríguez desoyó las advertencias y gastó el equivalente a  $70.825 millones, pese a estar vigente el Plan de Desempeño o de apretón del  cinturón para salvar de la catástrofe financiera al municipio. 
Igual  suerte corrió la asignación especial para programas de alimentación escolar.  Pese a la promesa de dejarla quieta en el 2010, invirtió el 99,91% de los $951,8  millones presupuestados, o sea, comprometió $951 millones sin haber sido girados  por la Nación.
Aquí surge una interrogante: ¿será que el Ministerio de  Hacienda no se ha dado cuenta? ¿Qué dicen Ana Lucía Villa de la Dirección de  Apoyo Fiscal (DAF), y Arcesio Valenzuela Ordóñez, coordinador del plan de  desempeño? 
El 4 de diciembre del año pasado, esa cartera dio a entender  que los hechos que riñan con la ley, los llevará ante la justicia.
“Ante  el conocimiento de irregularidades por parte del Ministerio, el procedimiento a  seguir es dar traslado a los órganos de control para lo de sus competencias”,   escribió al contestar un derecho de petición.
 FIESTA DE DISFRACES
De la caja de Pandora surgió la denuncia  del dirigente comunal Oscar Angarita Vega ante la Dirección de Apoyo Fiscal del  Ministerio de Hacienda, sobre la utilización de ‘disfraces’ en la Alcaldía de  Cúcuta para pagar cuentas con recursos de la Ley 715. 
Los servicios de  una miniteca se costearon mediante los contratos de prestación de servicios 629  y 630 del 29 de enero del 2010, reseñó en el derecho de petición del 27 de  abril.
Los $55 millones destinados al ‘minitequero’ se sacaron por el  apoyo integral al fomento de la producción cultural en las actividades y  acciones que se realicen en el marco del programa de cultura ciudadana y  convivencia pacífica, y a la difusión y divulgación de las diferentes  actividades, con el propósito de fortalecer la formación de las expresiones  multiculturales en el municipio.
Y mientras ustedes desenredan este  galimatías, veamos otra sorpresa puesta en conocimiento de Ana Lucía Villa  Arcila, de la oficina que ordenó aplicar el Programa de Desempeño, por parte de  Angarita Vega.
-La entrega de material de oficina fue sufragada con el  contrato de prestación de servicios 628 del 29 de enero para la prestación de  servicios de apoyo integral para la creación de espacios artísticos y culturales  con el fin de promover culturas de paz en el municipio, en el marco del programa  de cultura ciudadana y convivencia pacífica.
Y la piñata arrojó más  hechos contrastantes. A Efraín Alexander Pacheco Rojas lo llamaron para hacer el  mantenimiento y conservación de monumentos que hacen parte del patrimonio  inmueble histórico y cultural del municipio. Para esa misión, la Alcaldía de  Cúcuta le asignó $32 millones del Sistema General de Participaciones, el 28 de  enero. 
Como el  tiempo pasaba y de obras no se veía nada, la Secretaría  de Cultura recibió un derecho de petición para que explicara lo ocurrido. El 5  de mayo,  la secretaria Ana Lucrecia Carrillo entregó una colorida  respuesta:
-Se van a hacer intervenciones para conservar los monumentos  de Cristo Rey y Juana Rangel de Cuellar. El contrato se encuentra suspendido a  petición del contratista, quien argumenta que ha tenido algunos problemas de  seguridad y le han sido robadas herramientas de trabajo y materiales para ser  utilizados en la obra.
 PROMESAS
Al devolver las hojas del almanaque, el 22 de diciembre  del año pasado se  ‘escuchó’ una voz que desde la Dirección de Apoyo Fiscal le  fijó a la Alcaldía los lineamientos a seguir, en la Resolución 3656. 
El  recetario planteó evitar la asignación de dineros a proyectos que no están  definidos como financiables con el Sistema General de Participaciones, minimizar  la contratación de órdenes de prestación de servicios y racionalizar el  gasto.
La hoja de ruta le recomendó al municipio proponer acciones que  garanticen la eficiente y eficaz administración y ejecución de los dineros del  Sistema General de Participaciones.
La recordación sirve para puntualizar  que la Alcaldía de Cúcuta, en el Decreto 0083 del 12 de febrero, que recogió sus  culpas y errores, asumió varios compromisos para enderezar el camino y no volver  a caer.
Prometió someter a revisión los contratos suscritos entre el 1 de  enero y el 12 de febrero para determinar que los objetos se ajusten a los  criterios de gastos financiables con el Sistema General de  Participaciones-Propósito General y Asignaciones Especiales. 
Los que  contravengan la normatividad vigente tienen que ser liquidados o sometidos a la  modificación de la fuente de financiación por recursos propios.
Al haber  hecho pagos con cargo al Sistema General de Participaciones-Propósito General y  Asignaciones Especiales, la Alcaldía anunció que hará los ajustes para compensar  con recursos propios los valores pagados por dicha fuente.
Respecto de  los contratos que se suscriban a partir de la aprobación del Plan de Desempeño,  el municipio admitió la obligación de garantizar que los objetos contractuales  se ajustan a los criterios de gastos financiables con el Sistema General de  Participaciones-Propósito General y Asignaciones especiales.
 DENUNCIAS
El citado decreto firmado por la Alcaldesa de Cúcuta, María  Eugenia Riascos Rodríguez, fue utilizado como evidencia para demandarla por  presunta desviación de recursos.
A la Fiscalía Primera de Administración  Pública de Cúcuta le fue entregado el Plan de Desempeño, en que ella confiesa el  cambio de destinación de dineros en 14 contratos, de una muestra al  azar.
Desde finales del mes pasado, el derecho de petición de Oscar  Angarita Vega busca que la Dirección de Apoyo Fiscal mande a la justicia y a los  organismos de control la cascada de irregularidades que encontró.
Es  decir, pretende que la alcaldesa y los subalternos comprometidos, sean  denunciados por el Ministerio de Hacienda ante la Contraloría General de la  República, la Procuraduría General de la Nación y la Fiscalía, por las  irregularidades en que incurrieron en el 2009 y en el 2010.
 Ellos se denuncian
De la Alcaldía de Cúcuta salieron los pedidos de  averiguaciones disciplinarias y penales sobre el uso de los dineros del Sistema  General de Participaciones.
El 28 de abril de este año, la jefa de la  Oficina de Control Interno Disciplinario, Carole Ruíz Carrillo, les escribió al  procurador departamental Nelson Flórez Alarcón y a la Fiscalía General de la  Nación.
Al plantear falta de competencia funcional para investigar a la  alcaldesa María Eugenia Riascos Rodríguez, dejó el caso en manos del Ministerio  Público 
En el oficio enviado al organismo judicial, la funcionaria  reseñó el derecho de petición del 20 de abril en el cual Oscar Angarita Vega  solicitó abrir un proceso penal para determinar posibles responsabilidades en el  caso.
El mismo trámite lo cumplió ante el despacho del Contralor  Municipal, Gregorio Angarita Lamk, para que indague las presuntas  irregularidades en la contratación y manejo de los recursos del SGP,  correspondientes a la vigencia 2009-2010.
Lo que dicen los códigos penal  y disciplinario la luz del Código Penal, el cambio en la destinación de los  recursos se tipifica como peculado por aplicación diferente.
¿Qué tal esto?
En la Secretaría de Hacienda Municipal también se  registró una ‘pecadora operación’ con parte de la inversión de los recursos  propios. 
Se hicieron más de 80 contratos que superaron los $840  millones, enfocados al cumplimiento del ‘apretón de cinturón’ para sanear las  maltrechas finanzas locales.
Dos hechos claves hay que tener en cuenta:  la aplicación del programa de saneamiento fiscal y financiero empezó el 26 de  enero, y el 12 de febrero entró en vigencia el plan de desempeño.
Lo raro  y extraño es que las órdenes de prestación de servicios se celebraron entre el  20 y el 29 de enero del 2010.
El Programa de Saneamiento Fiscal que lleva  la firma de la alcaldesa María Eugenia Riascos Rodríguez consignó la advertencia  de no invertir recursos propios, salvo para el cumplimiento de estrictos  requisitos previos.
Curiosamente, siete días antes de ver la luz el  decreto que le dio vía libre al ajuste, ‘nació’ un contrato de prestación de  servicios por $26,9 millones para el control, evaluación y seguimiento de los  procesos administrativos y de planeación para el desarrollo y sostenibilidad del  programa de saneamiento fiscal y los planes de desempeño. (Ver facsímil  5)
Hay uno de $25,2 millones destinado al alquiler de computadoras para  organizar los archivos y la base de datos de los contribuyentes de impuestos  municipales “en cumplimiento del programa de saneamiento fiscal y  financiero”.
Otro de $5,7 millones, aparece con un largo eufemismo para  describir el puesto de un empleado de casilla. “Prestación de servicios para dar  apoyo administrativo en atención al público en ventanilla para fortalecer los  programas de fortalecimiento de rentas municipales enfocados al cumplimiento del  programa de saneamiento fiscal y financiero, suscrito con el Ministerio de  Hacienda”.
En el registro presupuestal figuró uno más por $12’000.000  para la planeación de las actividades de fiscalización adelantadas por la  subsecretaría del área de gestión de rentas e impuestos, con el mismo  fin.
¿Será que este bloque de procesos contractuales es para garantizar  derechos fundamentales, como lo establece la única excepción prevista en el  Decreto 0050 del 26 de enero del 2010?
Ramírez prendió el ventilador
El Secretario de Hacienda del  Municipio, Alfonso Ramírez Hernández, encendió el ventilador contra la  administración del ex alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo.
Lo señaló  con el dedo acusador de estarle pagando a los que calificó “perseguidores de  oficio”,  como Oscar Angarita,  quien “viene persiguiendo al municipio  permanentemente” con derechos de petición y demandas en la Procuraduría y la  Fiscalía.
-Para ver si me lo quito de encima, le voy a decir que como es  tan juicioso y quiere tanto al municipio, le tengo esta información para que  amplíe la demanda y denuncie a Ramiro. Ahí están,  igualitos,  los contratos del  Sistema General de Participaciones que hicieron en el 2007, 2006, 2005 y 2004,  declaró el funcionario.
Para probarlo, entregó un paquete de documentos  del registro presupuestal de gastos de esa época, que contiene órdenes de  prestación de servicios pagadas con  dineros del rubro 132301, del SGP propósito  general. (Ver facsímil 6) 
Leyó varios correspondientes al  fortalecimiento de las secretarías de Hacienda, Tránsito  e Infraestructura, del  sistema de gestión de calidad, apoyo integral a mujeres microempresarias cabezas  de familia y el Sisbén, entre otros.
Al exponer la revelación, Ramírez  Hernández  se mostró sorprendido porque aunque otras administraciones hicieron  lo mismo, “nadie ha hecho ningún escándalo, ni ningún Plan de Desempeño, ni  ninguna demanda, ni ninguna denuncia”.
Una comisión de la Dirección  General de Apoyo Fiscal, en una muestra aleatoria entre el 2008 y septiembre del  2009, detectó que los objetos de 14 contratos no podían financiarse con recursos  del propósito general. 
-La posición de la Alcaldía de Cúcuta es que esos  contratos son absolutamente necesarios para el desarrollo de las actividades que  se contratan con Sistema General de Participaciones. Es un apoyo a esas  inversiones. Se necesita esa gente. Es costumbre de la administración, no solo  de esta sino de las de años anteriores, hacer esto, dijo el Secretario de  Hacienda.
Y al mezclar el pasado con el presente lanzó esta aseveración:  “en el 2004, 2005, 2006 y 2007 esto no era pecado. Es que yo digo que no hay  ningún pecado. No hay ningún problema”
El funcionario se tomó varios  minutos de la conversión con el periodista para darle explicaciones al asunto:  “evento de riesgo, cambio en la destinación de los recursos”, que apareció en la  Resolución 3656 del 22 de diciembre del 2009.
-El Ministerio de Hacienda  no demandó. Dijo, detectamos unos riesgos... El Ministerio de Hacienda no es que  diga que hay peculado por destinación diferente de fondos, porque nosotros  respondimos y refutamos punto por punto y le dimos nuestros argumentos  técnicos.
Del 20 al 29 de enero ocurrió una contratación de la misma  naturaleza. “Les he dicho a la Contraloría y a los periodistas, ¿ustedes me  podrían decir cuántos contratos hizo la Gobernación por SGP, o la Alcaldía de  Villa del Rosario?, o ¿por qué todas las investigaciones están enfocadas a la  administración de María Eugenia Riascos?”, contestó Ramírez  Hernández.
Recordó la entrada en vigencia de la Ley de Garantías que por  razones electorales congela la contratación directa. “Pero armaron un escándalo  porque fueron $21.000 millones”, comentó.
Aseguró haber ido a los medios  de comunicación a reclamarles que de esa cuantía descontaran $14.306 millones   para la contratación con colegios privados de Cúcuta el servicio de educación  para 14.000 estudiantes.
-A todo el mundo le interesa solamente lo que  contrató la alcaldesa María Eugenia Riascos porque es a la única que denuncian,  es a la única que persiguen. Como le digo, tenemos perseguidores de oficio,  advirtió el titular de Hacienda Municipal.
¿Y los más de 80 contratos por  $840 millones para el cumplimiento del programa de saneamiento fiscal y  financiero?
-Hay que mirar si son $840 millones. Eso es lo que a ustedes  les cuentan.  Y, claro que son necesarios.
-Conformé un equipo que  trabaja, prácticamente, día y noche para poderle dar seguimiento a los  compromisos que adquirimos en el Plan de Desempeño. Tenemos que responder ante  el Ministerio de Hacienda porque el Secretario de Hacienda es el líder del  Programa de Saneamiento.  Tenemos que tener una asesora jurídica, un contador,  una economista y una administradora de empresas, porque el Plan de Desempeño  tiene infinidad de actividades. El municipio venía en un desorden de más de 10  años, en la parte contable, en la parte de las acreencias, en la parte de las  demandas judiciales. 
-No le veo inconveniente y son recursos propios del  municipio. También nos están criticando eso. No veo el porqué si estamos en un  programa de saneamiento para buscar acomodar las finanzas del  municipio.
-Cómo hace el Secretario de Hacienda sin gente para brindarle  apoyo a las secretarías del municipio y responder por la información que piden  los organismos de control y vigilancia, responder los derechos de petición,  presentar los informes a la Contaduría General de la Nación, a la Contraloría y,  aparte de eso, hacer seguimiento a un plan de saneamiento.
 Lo que dicen los códigos penal y disciplinario
La luz del  Código Penal, el cambio en la destinación de los recursos se tipifica como  peculado por aplicación diferente.
El artículo 399 señala:
El servidor público que dé a los bienes del  Estado o de empresas o de instituciones en que este tenga parte, cuya  administración, tenencia o custodia se le haya confiado por razón o con ocasión  de sus funciones, aplicación oficial diferente de aquella a que están  destinados, o comprometa sumas superiores a las fijadas en el presupuesto, o las  invierta o utilice en forma no prevista en este, en perjuicio de la inversión  social, o de los salarios o prestaciones sociales de los servidores, incurrirá  en prisión de 1 a 3  años, multa de 10 a 50 salarios mínimos ($5’150.000 ó  $25’750.000) e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas  por el mismo tiempo.
 El artículo 96 de la Ley 734 del 2002, o Código Disciplinario Único, sentenció:
Incurren en falta disciplinaria gravísima los servidores  públicos que desvíen, retarden u obstaculicen el uso de los recursos del Sistema  General de Participaciones para los fines establecidos en la presente Ley o el  pago de los servicios financiados con estos. Dichos servidores serán objeto de  las sanciones disciplinarias correspondientes.
El artículo 48 del Código Único Disciplinario incluyó dentro de las faltas  gravísimas:
-Autorizar u ordenar la utilización indebida o utilizar  indebidamente rentas que tienen destinación específica en la Constitución y en  la ley.
El artículo 44 indicó las clases de sanciones para los servidores  públicos que incurrieron en faltas gravísimas:
-Destitución e inhabilidad  general, para las faltas gravísimas dolosas o realizadas con culpa  gravísima.
-Suspensión en el ejercicio del cargo e inhabilidad especial  para las faltas graves o dolosas o gravísimas culposas.
De ñapa, la Ley  617 del 2000 en el artículo 67 fijó el control de cumplimiento de los planes de  desempeño.
-Sin perjuicio de las competencias de las contralorías  departamentales y municipales, el Ministerio de Hacienda, las entidades  financieras acreedoras vigiladas por la Superintendencia Bancaria y la  Contraloría General de la República harán control al cumplimiento de los  acuerdos de reestructuración.
-El incumplimiento de los acuerdos de  reestructuración será causal para sancionar a los alcaldes y gobernadores hasta  con destitución del cargo.
-En caso de incumplimiento, la Contraloría  General de la República abrirá juicios fiscales a los responsables de dicho  incumplimiento.
El contralor municipal Rafael Angarita Lamk fue más  lejos. Alertó que el municipio de Cúcuta podría caer en Ley 550, en caso de  incumplir el Plan de Desempeño. Así lo notificó el 24 de marzo en una función de  advertencia que en aquella oportunidad no le cayó en gracia a la  administración.
En su momento, el Secretario de Hacienda, Alfonso Ramírez  contestó: “Aquí lo importante es sanear el municipio, así para ello se empleen  10 ó 15 años, no importa cuántos, lo que sí interesa es que todos, incluyendo  Concejo, Contraloría y Personería,  debemos apoyarlo con entrega”.
     
 
 
 
 

 
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