A los jugadores los obligaron a estar firmes durante seis horas frente al Palacio de Cultura Popular de Pyongyang, Corea del Norte
De momentos todas las selecciones participantes en Sudáfrica 2010 fueron recibidas, de vuelta a casa, al menos por un puñado de motivados de seguidores. En Paraguay hubo homenaje, al igual que en Uruguay y ni qué hablar de los gestos a la campeona, España.
Pero el contraste se vivió en Corea del Norte, en donde los jugadores y el técnico fueron castigados por el régimen del gobierno en esa nación.
A los jugadores los obligaron a estar seis horas firmes al frente del Palacio de la Cultura Popular de Pyongyang - Corea del Norte, porque según el Jefe del Estado norcoreano "Traicionaron la confianza del Querido Líder, tras una deshonrosa participación en Sudáfrica".
Sólo dos jugadores se salvaron del castigo. El delantero Jong Tae-se, a quien se le recuerda por haber llorado en el partido inaugural mientras sonaba el himno nacional de Corea del Norte; y An Yong-hak, quien viajó directamente a Japón, tras la eliminación del Mundial.
El técnico, Kim Jeong Hoon, fue quien llevó la peor parte, toda vez que fue castigado con trabajos forzados, de acuerdo con información de Radio Free Asia.
Corea del Norte fue eliminada de Sudáfrica 2010, luego de no haber logrado ni un punto y sólo haber anotado un gol. La presentación más decorosa de los asiáticos fue en el debut ante Brasil, pese a que perdieron 2 - 1. La humillación se registró luego, ante Portugal, onceno que goleó sin piedad 7 - 0 a los norcoreanos. Ante Costa de Marfil fue el partido de despedida, también con derrota, esta vez con marcador 3 - 0 en contra.
Aunque todos los pronósticos y apuestas daban por eliminada a la selección de Corea del Norte tras jugada la fase de grupos, en ese país los líderes comunistas pretendían que la selección llegara a los cuartos de final, tal como sucedió en Inglaterra 1966, la anterior participación norcoreana en un Mundial. Elespectador.com
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