jueves, 2 de diciembre de 2010

EDITORIAL

Cómo puede ser posible que la clase política del Norte de Santander, el gobernador Willíam Villamizar y la alcaldesa de Cúcuta, María Eugenia Riascos, permanezcan impávidos ante la decisión del Inco de autorizar a la concesionaria San Simón para suspender 4 importantes obras de desarrollo para la ciudad con la simple excusa de que primero se debe definir lo del transporte masivo.
Me resulta preocupante que el gobernador Villamizar que vivió muchos años en el barrio Comuneros de la ciudadela Juan Atalaya, permanezca callado sin que asuma la defensa de esta importante comunidad respecto a la no construcción del puente de desnivel del terminal de transporte, el mismo que desembotellará el ingreso a esta ciudadela. No es justo que para obtener su credencial como gobernador le dijera a los habitantes de Atalaya que él era hijo adoptivo de esas tierras y ahora este convencido que es hijo del estrato 6 y San Isidro sea su hogar natural.
La alcaldesa es otra política desagradecida con los amigos de Juan Atalaya, ella esta convencida que con llevarles harina pan, frijoles y arroz venezolano, les mata el hambre a los pobres de estos sectores y el desarrollo para la ciudad no importa. Por favor, que alguien le diga a la señora Riascos que hace tres años paso la campaña política y que ella es la alcaldesa, en muchas oportunidades trabaja como líder política y no como primera autoridad de una ciudad como Cúcuta.
De los parlamentarios, ni para que hablar, están bien en Bogotá, ganan más de $ 21 millones mensuales, mas las otras cosas del poder. Ellos saben que con harina pan o 20 mil pesitos le compran la conciencia a la gente y se acabo.
Y a todas estas, ¡qué tristeza que en mi país sucedan todas estas irregularidades, que los políticos sean tan sinvergüenzas, pero que los electores no les importe esto y se conformen con un giro de familias en acción, una bolsa de mercado o simplemente un abrazo falso de un candidato en campaña política!.
Amigos de Atalaya, exijan que si no les construyen el puente de desnivel en la redoma del terminal, ninguno de sus habitantes saldrá a votar el próximo mes de octubre. Si todos se unen, tengan la seguridad que los políticos tramposos mañana les cumple.

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