jueves, 18 de diciembre de 2008

EN LA BIBLIA ABUNDAN LOS MALOS EJEMPLOS, EL SEXO Y EL HUMOR

Tomado de la REVISTA CAMBIO
Francia no había terminado de anunciar que promovería ante Naciones Unidas la despenalización de la homosexualidad cuando el Vaticano ya se estaba manifestando en contra. En una entrevista publicada el 1º de diciembre en el periódico italiano Il Corriere della Sera, el representante de la Santa Sede ante la ONU, Celestino Migliore, recordó que el catecismo de la Iglesia se opone a la discriminación contra los homosexuales, pero advirtió que de ser aprobada la propuesta francesa "los Estados que no reconocen la unión entre personas del mismo sexo como 'matrimonio' serán puestos en la picota".
¿En qué justifica la Iglesia su aversión a que dos personas del mismo sexo sellen su unión? Tras observar los ánimos encendidos entre defensores y opositores de los matrimonios gay en Estados Unidos, la revista Newsweek del 6 de diciembre se animó a dar una respuesta a la luz de la Biblia.
El artículo advirtió que aun cuando las Escrituras y Jesús "dicen muchas cosas importantes sobre el amor y la familia, ninguno explícitamente define el matrimonio como algo entre un hombre y una mujer". Y si se trataba de ceñirse a los textos sagrados, la revista hacía notar que ninguna persona hoy día desearía un matrimonio como los de la Biblia: Abraham se acostó con su sirvienta cuando descubrió la infertilidad de su esposa; Jacob tuvo hijos con cuatro mujeres; David y Salomón fueron igualmente polígamos...
En una época en que la discusión sobre temas religiosos tiende a dejar de ser un tabú, varios autores, al igual que lo hizo el magacín norteamericano, decidieron acercarse a la Biblia sin la intermediación de los teólogos para observar qué es lo que literalmente dice con respecto a diversos aspectos. Este año, por ejemplo, el español Pepe Rodríguez publicó Los pésimos ejemplos de Dios según la Biblia, su coterráneo Casimiro García lanzó El humor en la Biblia y el colombiano Marco Schwartz presentó recientemente El sexo en la Biblia.
El tema probablemente no resultaría taquillero de no ser porque, aún hoy, buena parte de las decisiones políticas o las opciones personales dicen sustentarse en las Sagradas Escrituras. Pero quien se tome la molestia de acudir a la fuente primaria, es probable que no solo se sorprenda con la forma como muchos preceptos morales han sido caprichosamente seleccionados, sino también con la cantidad de pasajes bíblicos omitidos por sus profesores de Catequesis.
Rodríguez, por ejemplo, establece el número de versículos que relatan "conductas y hechos violentos, negativos y absolutamente opuestos a cualquier cultura religiosa, perpetrados por Dios y su pueblo". Resultados: 515 versículos referidos a exterminios masivos, 128 a robos, 144 a sometimiento o compraventa de esclavos, 787 a sentimientos violentos contra el prójimo y 96 a violencia contra las mujeres.
Nadie dudaría de que el incesto de Lot con sus hijas no es una conducta ejemplar, y ni qué decir de que antes de que ocurriera, las ofreciera a los sodomitas para que las violaran con la condición de que no se metieran con dos ángeles que hospedaba en su casa. Y qué pensar del hecho de que Noé, borracho y desnudo, haya maldecido a su nieto y a su descendencia por verlo en ese estado; o de que Dios considerara a las mujeres como objetos de cama y pillaje, o de que odiara a los mestizos y promoviera la esclavitud.
Sobra decir que el libro de Rodríguez fue escrito con 'mala leche', pero eso no le resta validez al argumento de que los pasajes y las leyes que toma del Antiguo Testamento supuestamente fueron inspirados por el Espíritu Santo y -aunque la Iglesia quiera soslayarlo- siguen vigentes.
No apto para feministas
Cuando se trata de atentados contra los derechos sexuales y reproductivos, cualquier mirada contemporánea quedaría aún más obnubilada.
Uno de los pasajes preferidos por los críticos de las Escrituras -y retomado por Marco Schwartz en su libro- es el del levita y la concubina. Los versículos cuentan que un hombre llegó con su compañera a pedir posada a la población de Gueba y fue recibido por un anciano. Algunos lugareños le pidieron al anfitrión que les permitiera "conocer" -léase violar- al huésped, pero como el anciano era un tipo de gran corazón, salió con esta perla: "No, hermanos míos; no hagáis tal maldad, os lo pido; pues que este hombre ha entrado en mi casa, no cometáis semejante crimen. Aquí están mi hija, que es virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré fuera para que abuséis de ellas y hagáis con ellas como bien os parezca; pero a este hombre no le hagáis semejante infamia". El desenlace de este pedagógico pasaje sobre la hospitalidad fue la violación masiva de la concubina y su posterior muerte.

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