jueves, 23 de julio de 2009

OJO CON LOS COLETAZOS DE LA CRISIS

Tomado Periódico LA OPINIÓN
Los comerciantes de Colombia y Venezuela, los de ese tercer país en que se convierte la frontera, con Cúcuta están preocupados hasta más no poder por el cambio, toda vez que los colombianos prefieren ir al vecino país y comprar a más bajo costo con un Bolívar deprimido.
De otro lado los comerciantes de Venezuela no demandan los productos colombianos porque deben pagar muchos más bolívares por cada peso que adquieren. En ese orden de ideas, el comercio de Cúcuta está a la expectativa de lo que pueda pasar con el cambio porque los almacenes se están quedando con un alto inventario.
Ese es un gran lío porque a menos compras en Colombia menos será la utilidad de los comerciantes, de los empresarios pero también será menor el recaudo tributario en favor de la nación.
Las cálidas calles de la vecina Ureña, población venezolana que se ubica al pasar el puente Santander, el mismo que le hace sombra al río Tachira, son testigas de la creciente demanda de productos por parte de los colombianos.
La moneda venezolana cayó a 0.30 centavos de peso y es el momento para adquirir todo tipo de bienes. Las caras alegres lo dicen todo, es un buen momento para los colombianos del mínimo. Por fin a comprar más con menos.Al otro lado de la felicidad colombiana está el drama de los empresarios venezolanos que suelen abastecerse en Colombia. Tal y como están las cosas no es viable seguir con los negocios.
El empresario Juan Carlos Mogollón, hombre amable y muy aplomado a la hora de dar declaraciones dijo que la situación de Cadivi ha conllevado a que los productos se incrementen a niveles de 80 y hasta 100 por ciento porque parte de la materia prima para su empresa de confecciones está en Cúcuta.
Este empresario compró el metro de tela a 12.000 bolívares. Hoy lo adquiere a 25.000 Bolívares, es decir un incremento superior al 100 por ciento. Los cierres o cremalleras que valían 200 pasó a 550 bolívares. Así las cosas, los costos de producción paralizaron la actividad en varias factorías.
El cambio frenó muchas empresas y generó un lío social de grandes magnitudes que se refleja en la desocupación. Le pide a su gobierno mirar más al Tachira por cuanto se sienten muy aislados de las políticas del gobierno venezolano. Expresó su preocupación por la famosa revisión de relaciones binacionales por parte del presidente chávez, porque una medida extrema puede afectar la zona de frontera que tanta dependencia crea en una orilla y en la otra.
Demandó del gobierno de Caracas adelantar el acuerdo binacional de comercio para poder acceder en mejores condiciones al mercado colombiano y poder propender por una verdadera rentabilidad.“Eso sería bueno pero la situación está complicada porque ahora están diciendo que los 10.000 carros que venían de Colombia, ahora se los van a comprar a Ecuador. Esa situación agrava todo. Para que todo salga bien vamos a pedirle mucho a Dios para que nos de la mano pues estamos en la frontera y muy a punto de bajar santamarías aquí”, afirmó.
Este hombre de negocios dijo que la situación es tan complicada que de 15 talleres satélites con los que trabajaba bajo a seis, lo que habla de lo agudo del problema. Instó al gobierno a adelantar unos monitoreos muy juicios en todo lo que tiene que ver con el consumidor para que el ejecutivo venezolano se de cuenta de la realidad empresarial del venido a menos estado del Tachira, otrora opulento y de grandes perspectivas.
En Colombia el asunto asusta Los expertos en cambio de Cúcuta precisaron que lamentablemente no han contado con suerte porque varias aristas del problema no han sido favorables en detrimento de la actividad cambiaria.
Primero la revaluación del peso frente al dólar se constituye en uno de los elementos de adversidad pues este es un indicador clave para fijar el precio del Bolívar.De igual forma el valor del dólar paralelo en Venezuela ha tenido un alza sostenido que no favorece un mayor precio del Bolivar.
Para colmo de males hay una llegada masiva de moneda venezolana que generó la sobreoferta que bajó el precio a niveles de 0.30 centavos de peso.El presidente de la Asociación de Cambistas de Norte de Santander (Asocambios), Carlos Luna, le dijo a La Opinión que a Cúcuta siguen llegando Bolívares por una u otra circunstancia, fenómeno que puede agudizar la caída de la moneda.
Explicó que el exceso de moneda venezolana es la presencia en la capital de Norte santandereana de empresarios, personas naturales y profesionales que llegan a la ciudad a invertir en finca raíz y otros frentes de la economía colombiana para salvaguardar sus capitales y blindarlos de la inflación y de una situación económica que no es la más favorable para los venezolanos. Dijo que la salida al problema de la sobreoferta de Bolívares debe ser totalmente institucional para lo que se trabaja en una mesa en donde participan la Cámara de Comercio de Cúcuta, Asocambios y la Cámara Colombovenezolana que busca el pago de la balanza comercial en Bolívares y pesos.Sin ese acuerdo, aplazado, no habrá estabilidad ni ajuste al alza en el precio del Bolívar.
El ambiente político, indicó, tampoco ayuda a mejorar el panorama.“El bajonazo del precio del Bolívar afecta a toda la ciudad en general, al comercio en su totalidad que ve reducido el flujo de venezolanos a los almacenes porque con un Bolívar de 0.30 centavos de peso no hace atractivo venir a Colombia a comprar, independiente de los índices gigantescos de inflación que se ven en el país hermano”, dijo.
En su concepto el lío está en que para los venezolanos saldrá siempre más caro lo que no se consigue y eso aplica cuando se encarecen las materias primas o insumos requeridos por los vecinos.Los cambistas confían en una pronta recuperación para que baje el precio del dólar paralelo en Venezuela o que se devalúe el peso frente al dólar por encima de 2.000 pesos para que se habrá espacio la recuperación del precio, independiente de la oferta de Bolívares en la ciudad.
Creen que la crisis será momentánea e insisten en que hay que buscar el pago de productos de Bolívares- pesos para equilibrar la balanza cambiaria.“Hoy me preocupa la poca demanda de Bolívares porque puede volverse un circulo vicioso pero espero que cambie la coyuntura pues hemos pasado por situaciones afines tanto en el cambio como en lo político, sin dejar de lado el asunto comercial.
Esos son temas de la frontera que ya conocemos y a los que estamos acostumbrados”, declaró.En Venezuela, afirmó, ya están saliendo al otro lado con el tema del presupuesto que empezó a nivelarse con los repuntes en los precios del crudo. También están oxigenándose con los bonos recientes de PDVESA y los de la Corporación Venezolana de Guyana (CVG).Para el experto en cambio, ahora lo importante es mejorar en las relaciones binacionales y permitir con ello la mayor fluidez de comercio y el pago oportuno a los proveedores.“Como perjudicados directos de este conflicto entre dos gobiernos, pedimos que no se vaya a extremos y que por el contrario logremos un diálogo amable que logre unir los dos países hermanos, socios naturales y aliados en el progreso”, aseveró Luna.

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