CONTRATISTAS DE OBRAS, PRECIPITADORES DE LA EVENTUAL REVOCATORIA
En ninguna ocasión hemos estado de acuerdo en que haya cambio de alcalde antes de terminar el período para el cual fue elegido. No ha habido alcalde, elegido democráticamente, en Cúcuta, al cual no se le haya intentado obligar a abandonar su cargo ya sea recurriendo a demandas, o como en el caso actual recurriendo por primera vez en la ciudad a convocar la revocatoria de su mandato.
El 10 de Junio del año 2001, ante la presión para que se separara del cargo al entonces alcalde, doctor Manuel Guillermo Mora Jaramillo, escribimos: “No queremos alcalde interino”. Hoy decimos lo mismo. Queremos que nuestra alcaldesa termine su mandato en forma exitosa para bien de quienes vivimos en Cúcuta y satisfacción de la doctora María Eugenia Riascos; pero por segunda vez le sugerimos con todo respeto hacer evaluación de quienes la rodean. Es bueno seguir el ejemplo del profesor Pinto cuando mira segundo a segundo el desempeño de cada jugador y hace los cambios que considera apropiados para terminar victoriosamente el partido.
Hace unos ocho días le comentamos a la señora alcaldesa la molestia que estaban causando unas cajas hechas en el pavimento de la avenida Gran Colombia, con el fin de tapar algunos huecos. De inmediato llamó a uno de sus más cercanos colaboradores para asegurarse de la veracidad de nuestro comentario; la respuesta fue que en esa misma noche serían tapadas; sin embargo duraron ocho días más dando testimonio ante nosotros de la poca eficiencia de algunos de sus funcionarios, desmejorando la imagen de la administración municipal y convirtiéndose en peligro de una tragedia por la cual tendría que responder el municipio.
No hay excusa alguna para que un contratista abra una caja para tapar un hueco y no lo tape en el término de 24 horas. Así nos lo han explicado contratistas de otras ciudades a quienes les exigen realizar el parcheo en horas de la noche. Abrir una de estas cajas sin tener todo lo necesario, para terminar el parcheo, es falta de planeación y desdice mucho de un profesional de la rama de la ingeniería. Seguramente son profesionales con la recomendación de un padrino político, y no nos oponemos a que se cumplan los compromisos adquiridos en campaña, pero todo tiene su límite y quienes ayudaron a la alcaldesa a obtener el triunfo en las elecciones no se pueden convertir, con su ineficiencia y malas actuaciones en los verdaderos precipitadores de la revocatoria del mandato.
En ninguna ocasión hemos estado de acuerdo en que haya cambio de alcalde antes de terminar el período para el cual fue elegido. No ha habido alcalde, elegido democráticamente, en Cúcuta, al cual no se le haya intentado obligar a abandonar su cargo ya sea recurriendo a demandas, o como en el caso actual recurriendo por primera vez en la ciudad a convocar la revocatoria de su mandato.
El 10 de Junio del año 2001, ante la presión para que se separara del cargo al entonces alcalde, doctor Manuel Guillermo Mora Jaramillo, escribimos: “No queremos alcalde interino”. Hoy decimos lo mismo. Queremos que nuestra alcaldesa termine su mandato en forma exitosa para bien de quienes vivimos en Cúcuta y satisfacción de la doctora María Eugenia Riascos; pero por segunda vez le sugerimos con todo respeto hacer evaluación de quienes la rodean. Es bueno seguir el ejemplo del profesor Pinto cuando mira segundo a segundo el desempeño de cada jugador y hace los cambios que considera apropiados para terminar victoriosamente el partido.
Hace unos ocho días le comentamos a la señora alcaldesa la molestia que estaban causando unas cajas hechas en el pavimento de la avenida Gran Colombia, con el fin de tapar algunos huecos. De inmediato llamó a uno de sus más cercanos colaboradores para asegurarse de la veracidad de nuestro comentario; la respuesta fue que en esa misma noche serían tapadas; sin embargo duraron ocho días más dando testimonio ante nosotros de la poca eficiencia de algunos de sus funcionarios, desmejorando la imagen de la administración municipal y convirtiéndose en peligro de una tragedia por la cual tendría que responder el municipio.
No hay excusa alguna para que un contratista abra una caja para tapar un hueco y no lo tape en el término de 24 horas. Así nos lo han explicado contratistas de otras ciudades a quienes les exigen realizar el parcheo en horas de la noche. Abrir una de estas cajas sin tener todo lo necesario, para terminar el parcheo, es falta de planeación y desdice mucho de un profesional de la rama de la ingeniería. Seguramente son profesionales con la recomendación de un padrino político, y no nos oponemos a que se cumplan los compromisos adquiridos en campaña, pero todo tiene su límite y quienes ayudaron a la alcaldesa a obtener el triunfo en las elecciones no se pueden convertir, con su ineficiencia y malas actuaciones en los verdaderos precipitadores de la revocatoria del mandato.
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