SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES DESCRUBRIÓ QUE LOS APORTES NO SE PAGARON A TIEMPO
Periódico la Opinión. Ernesto Duarte Ossa
Amargo como la cerveza y con el riesgo de tener una resaca larga y dolorosa, se tornó el proyecto Parque Bavaria, en el barrio Latino de Cúcuta. Las dudas lo persiguen desde el nacimiento hasta la edad adulta, en una tormenta que se vuelve cada vez más fuerte.
Mientras los lotes donde durante 54 años funcionó la cervecera están encerrados por una cerca metálica, el plan de construcción fue puesto en la mira de la justicia. El asunto se remonta a 2006. En aquél tiempo el Concejo le dio dos controvertidas autorizaciones al entonces alcalde Ramiro Suárez Corzo, contenidas en el Acuerdo 0031 del 2 de noviembre de ese año. Se trató de la creación de la corporación sin ánimo de lucro de carácter municipal, Parques Cúcuta, a la que el municipio le entregó $4.000 millones como aporte económico.
El dinero salió del rubro para la ejecución de obras por el sistema de contribución de valorización. Ambas determinaciones fueron puestas contra la pared y hacen parte de la acción popular interpuesta ante el Juzgado Tercero Administrativo que debe darle trámite, así el titular tenga a una hermana como asesora jurídica de la Alcaldía. El Juzgado Cuarto Administrativo le negó el impedimento y le devolvió el proceso mediante auto del 17 de junio.Hoy, no hay respuesta a la pregunta sobre el porqué echaron para atrás el Acuerdo 0025 del 5 de septiembre de 2006 para la conformación de una sociedad de economía mixta, que según los expertos, era la figura más adecuada.Esa es una razón para que ronde la advertencia sobre la presunta inconstitucionalidad del acto administrativo que aprobaron los cabildantes.
En opinión de Jorge Heriberto Moreno Granados, autor de querella, el cabildo se extralimitó, porque el artículo 313 de la Carta Magna solo le permite “crear, a iniciativa del alcalde, establecimientos públicos y empresas industriales o comerciales y autorizar la constitución de sociedades de economía mixta”. El abogado Luis Arturo Melo Díaz fue más lejos al recordar el artículo constitucional 355, según el cual, “ninguna de las ramas u órganos del poder público podrá decretar auxilios o donaciones a favor de personas naturales o jurídicas de derecho privado”.
La consideración surgió de hechos no suficientemente aclarados. Por ejemplo, en el acta de constitución de la corporación del 30 de noviembre de 2006 se lee:“Ramiro Suárez Corzo, en su condición de alcalde, Javier José Contreras, presidente de la Cámara de Comercio, e Israel Bahar Levy, director del Área Metropolitana de Cúcuta, decidieron por unanimidad constituir una institución privada sin ánimo de lucro de utilidad común(...)”.El ulular de la otra alarma se escuchó luego de que el 30 de diciembre de 2008 apareció, de la noche a la mañana, la sociedad Centro Cultural y Financiero Parque Bavaria Ltda.. A partir de este último hecho protocolizado en la escritura 8342 de la Notaría Segunda, la situación se puso al rojo al vivo.
El Concejo debatió el caso. Surgieron pedidos de intervención a la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría General de la República. Por último, la Superintendencia de Sociedades le metió el diente. Al principio, es decir, cuando la corporación lo iba a desarrollar, aparecía el parque, un edificio inteligente de cinco plantas, 28 locales comerciales, 130 oficinas, y el Museo de Cúcuta en el último piso y parqueaderos subterráneos.
El panorama cambió por la falta de solvencia y capital de trabajo, como lo dijo en su momento ante el Concejo, el ex representante legal de la organización, Carlos Hernández. Ahí fue cuando se asociaron la Corporación Parques Cúcuta, con el 49%, Decuir Bussines Inc., Comercial Architecture Colombia S.A. y César Iván Gil.La llegada de los nuevos socios determinó modificaciones en el diseño inicial, que desencadenaron en cuestionamientos y críticas de diversa índole.
A la Superintendencia de Sociedades no le cayó en gracia ese proceder. A instancias de un derecho de petición del abogado Luis Arturo Melo, llamó al banquillo a Nixon Fernando Forero, representante legal de la sociedad, y a la revisora fiscal Hilda Patricia Palacios Morales.En la junta de socios del 3 de febrero del año en curso modificó los estatutos en el acta 002. Ese día se aprobó que “la única actividad a desarrollar por parte de la sociedad Parques Cúcuta Ltda., será la construcción del Parque Bavaria y la construcción y comercialización del Centro Cultural y Financiero Parque Bavaria, y que en todo caso, todas y cada una de las actividades contempladas en el objeto social que consten en la escritura pública de constitución, podrán ser desarrolladas con el propósito de ejecutar dichos proyectos”.
En el punto seis del orden del día tratado en dicha reunión se consignó:-En ningún caso la destinación de los lotes podrá modificarse respecto a la que inicialmente se les ha dado dentro del proyecto, es decir, el lote con matrícula inmobiliaria 260-29179 (ubicado entre calles 8 A y 9 con avenidas 1 y 2) será exclusivamente para la construcción de la plazoleta o parque y parqueaderos bajo de él; y el otro con matrícula inmobiliaria 260-52499 (ubicado entre las calles 8 y 8 A con avenida 1 y 2) será para el edificio del Centro Cultural y Financiero, condiciones estas que fueron establecidas en las escrituras de entrega de los lotes a la corporación”.
Sin embargo, 16 días después se produjo un volantazo que está en el acta No. 04 del 19 de febrero, que recogió el resultado del estudio de mercado.-Existe la necesidad de construir en la ciudad un hotel que conforme a las características establecidas a nivel nacional e internacional, tenga la categoría de cinco estrellas.-Que la infraestructura para dicho hotel, deberá permitirle albergar cerca de 250 a 300 visitantes, por lo tanto, las habitaciones a construir no podrán ser menos de 120, en procura además de la rentabilidad de la inversión y no más para facilitar su comercialización entre las cadenas que manejan hoteles de esa categoría.
Nixon Fernando Forero tendrá que aclarar por qué no acató el artículo 158 del Código de Comercio de llevar a escritura pública las reformas del objeto social.El organismo de vigilancia no encontró pruebas de que el administrador hubiera advertido de las probables contradicciones entre lo que decidieron el tercer día de febrero y la determinación que se tomó dos semanas después.
Al husmear en la compañía de carácter limitado, la Superintendencia de Sociedades dejó al descubierto que los aportes por $3.061’224.489 no se pagaron a tiempo y faltan algunos por hacerlo. Cuatro notas de contabilidad permitieron comprobar que el capital social no se hizo efectivo el 30 de diciembre de 2008, en que vio la luz el Centro Cultural y Financiero Parque Bavaria Ltda.. Los desembolsos extemporáneos se produjeron con la siguiente periodicidad:-$100’000.000, el 10 de marzo de 2009.-$350’000.000, el 9 de abril de 2009.-$1.111’224.489, el 27 de abril de 2009.-$1.500’000.000, el 5 de junio de 2009.Según el artículo 354 del Código de Comercio “el capital social se pagará íntegramente al constituirse la compañía, así como al solemnizarse cualquier aumento del mismo”.
Y las calificaciones en rojo al examen continuaron, incluyendo un severo llamado de atención de la Supersociedades.Al consultar qué pasó con los libros de actas, de socios, mayor y balances, diario y de inventarios, surgió la sorpresa de que fueron registrados en la Cámara de Comercio de Cúcuta del 4 al 8 de junio, es decir luego de que fueron notificados por la Supersociedades de que iban a ser revisados. Ese comportamiento provocó la fuerte reacción del intendente regional Carlos Eduardo Ramírez Quintana.“Circunstancia que corrobora una vez más el desacato del representante legal a sus deberes como administrador en los términos del numeral 2 del artículo 23 de la Ley 222 de 1995, según el cuál le corresponde ‘velar por el estricto cumplimiento de las disposiciones legales y estatutarias’”.A la firma le encontraron otras actuaciones que riñen con el ordenamiento legal.
El 11 de junio, en la diligencia de toma de información resulta que la contabilidad apareció asentada en libros hasta el 30 de marzo de 2009 y en el sistema hasta abril, sin cerrar por no estar contabilizadas las obligaciones del periodo. A la situación descrita se le considera como una contravención al Decreto 2649 de 1993, en el artículo 56.La caja de sorpresas entregó más datos llamativos que la intendencia regional plasmó en el documento que relacionó los hechos que ameritan ser investigados profundamente. Ahí saltó a la vista que $1.111’224.489 que le correspondieron aportar a Decuir Business Inc. se consignaron en la sociedad comisionista de bolsa Global Securites S.A. y no en una cuenta bancaria corriente o de ahorros.
También se descubrió que el socio extranjero únicamente declaró el ingreso de 170.000 dólares ($394’000.000), con destino a Parques Cúcuta Ltda., según el formulario No.4 de la declaración de cambio por inversiones internacionales. La comisión investigadora de la Superintendencia de Sociedades no pudo establecer la forma como se hizo la inversión de la parte restante “esto es, si tiene registro o no”.
En la resolución de traslado de cargos la entidad relacionó lo señalado por la revisora fiscal Hilda Patricia Palacios Morales, quien el 10 de junio de 2009 informó que el saldo restante del aporte fue cubierto “con el resultado de otra sociedad extranjera sujeta a una cláusula de confidencialidad, razón por la cual no tenemos acceso a lo requerido por ustedes”. Y mientras esto sucede, las voces se alzan para que la plata de la valorización que fue a parar a dicho plan, la recupere la Alcaldía, que la Cámara de Comercio y el Área Metropolitana no sigan como socios y que los terrenos vuelvan a manos del municipio. En su momento, el anterior representante legal de la Corporación Parques Cúcuta, Carlos Hernández, dio a entender que la convocatoria a los nuevos inversionistas obedeció a la falta de solvencia y capital de trabajo que ofrecía esta organización.
Habló de que al momento en que lo recibió, solo estaban $2.500 millones, de los $4.000 millones que comprometió en su momento la Alcaldía, para hacer una obra que costaba $18.500 millones, tuvieron que pensar en otras estrategias.Ante el Concejo explicó, a pesar de que ya habían tomado la determinación de vender el quinto piso del edificio -en donde figuraba el Museo de Cúcuta y las oficinas de la Cámara de Comercio- las ventas no estaban arrojando los resultados que necesitaban. Además, la rentabilidad no era la que esperaban. Entonces, plantearon la posibilidad de solicitar crédito para dar inicio al proyecto. Sin embargo se dieron cuenta que al no contar con un respaldo financiero y crediticio, éste podría verse en riesgo.
Fue aquí entonces cuando -señaló Hernández- decidieron buscar un socio estratégico que tuviera idoneidad, experiencia y que se convirtiera en un músculo financiero para que los ayudara a construir “a sabiendas que lo más importante era proteger el patrimonio de la Corporación Parques Cúcuta”.Pero el primer gerente de la Corporación Parques Cúcuta, Javier Contreras, aseguró que sí era posible sacar adelante el Parque Bavaria, como estaba previsto al comienzo.“Que la rentabilidad no era tan jugosa como pudiera ser la de ahora eso si es cierto”, indicó el ex gerente.
Uso de los lotes
El 2 de julio de 2004 mediante escritura 1555 de la Notaría Tercera de Cúcuta, Bavaria entregó un lote de 4.513 metros cuadrados, con matrícula 260-52499 en dación de pago de inciertas y eventuales obligaciones derivadas de los procesos contenciosos administrativos radicados 98-0383 y 98-1352 en el Tribunal Administrativo por $1.128’250.000. En el Acuerdo 009 del 5 de junio de 2007, el Concejo le dio carta blanca al alcalde para trasferir dicho bien a Parques de Cúcuta que “será destinado exclusivamente para la construcción del centro cultural y financiero parque Bavaria”. El 9 de julio de 2004, con la escritura 2060 de la Notaría Tercera, Bavaria donó el terreno de matrícula 260-29179 para que se construyera un parque de uso público.
Los concejales dieron autorización al gobernante de turno con el Acuerdo 006 del 7 de mayo de 2007 para entregarlo a título de aporte a la mencionada compañía con la finalidad de destinarlo “exclusivamente a la construcción de un parque y su desarrollo, acorde con la calidad de zona de renovación urbana”.
Revisa o no revisa
Los socios del Centro Cultural y Financiero Parque Bavaria Ltda.. se reunieron 28 de enero de este año y designaron revisora fiscal. Como principal nombraron a Hilda Patricia Palacios Morales, a quien solo hasta el 8 de junio (o sea posterior al anuncio de la Superintendencia de Sociedades de visita) la inscribieron en el registro mercantil de la Cámara de Comercio.“No obstante las irregularidades consignadas, la revisora fiscal de la compañía no se pronunció, lo cual demuestra que omitió cumplir a cabalidad con sus funciones (artículo 207 del Código de Comercio)”, denunció la intendencia regional de la Superintendencia de Sociedades. En dicho encuentro, la suplencia de la revisoría le correspondió a Nancy Yaneth Babativa Lizarazo.La Superintendencia de Sociedades detectó que no han contactado a la mencionada profesional para que manifieste si acepta o no el cargo, con el fin de proceder a una nueva elección.